jueves, 13 de diciembre de 2012

Mi filosofía basada en nietzche (Parte I)




 ("En búsqueda de la felicidad quimérica")

 Hay que aprender a no sufrir. El sufrimiento no tiene recompensa alguna. Uno debe hacerse fuerte con el pasar de los días.. Salir del fracaso, crecer como individuo. No todos somos iguales, la verdad esta dicha. Simplemente nace el tratar mejor a unos que otros. La decisión está en el individuo. El que espera una recompensa , sueña con un mundo iluso, un supuesto metafísico, y lo crea porque sabe que no tiene el valor suficiente para enfrentar el mundo real. Aquí en la tierra, nada caerá del cielo. ¿Por qué esperanzarse en un hecho iluso, si no se tiene el afán de hacer algo para obtenerlo? Con las quejas no aparece el pan en el horno. Levántate y date cuenta del motivo de tus dolores, enfrentalos y no permitas que nada nunca mas vuelva a revivirlos dentro de ti. Eres el motor de tu propia existencia.
 
Solo tomando las riendas de nuestra propia vida lograremos convertirnos en seres completos. El día es un solo. El siguiente es otro día, el hoy es hoy, y el mañana será un hoy que en realidad nunca será un mañana. Cada día es un hoy, cada tiempo es un presente, hay que aprovecharlo de la mejor manera posible, porque jamás un instante será  de  nuevo.
 
¿Entonces que se plantea hacer para vivir el ahora? Para vivir el ahora se debe en primer lugar, traer la mente a tierra. Percatarse de cada cosa que nos rodea, observar, analizar, usar nuestro cerebro. Mantenerlo despierto lo mas que se pueda. Porque el cerebro es un órgano débil, que espera  a la mas pequeñas de las distracciones para perderse en un soñar despierto, que lo deja a uno meditabundo, y nadie dice que este estado sea malo, pero el mucho pensar nos impide actuar. Es mas difícil llegar a hacer una cosa pensándola y repensándola, que pensarla una vez y hacerla, sin arrepentimientos, pensarla, saber que es buena y listo. Y no me malinterpreten, no digo aquí que el hombre deba actuar cual animal guiado por sus pasiones no pensadas, ocurre que ha llegado la etapa en que el hombre es tan inteligente, que ni bien habiéndose presentado una situación, el sabra si esta le conviene o no. Ojo, tampoco pierdas el hilo que une a las acciones con el raciocinio, sin este no seremos mas que locos incapaces de discernir entre una decisión y un impulso. Es entonces esto lo que digo para resumir este primer paso, pensar primro, pero siempre, siempre actuar.

 
La segunda cosa necesaria creo yo para tratar de llegar a ser seres satisfechos con nosotros mismos es Querernos a nosotros más que a nada en este mundo. El supuesto “Amar a Dios sobre todas las cosas” es según mi pensamiento el refrán mas egoísta existente desde el inicio de un planteamiento de moral humana. ¿Cómo se puede amar mas que a nada, a un concepto ajeno a nuestra realidad que solo existe en nuestra mente?

 
Déjenme plantearlo de este modo. Imaginemos que somos adolescentes, con el pensamiento confuso, revuelto, sumergido en un sinfín de sentimientos que ni siquiera nosotros sabemos reconocer. Un día, se nos ocurre encender la tele, vemos un amplio mar, arena blanca, y en general un paisaje paradisiaco. En el centro de tanta exótica belleza vemos a un hombre, o a una mujer, el mas o hermoso o hermoso que ante nuestros ojos se halla presentado y este ser canta, pero su melodía no es una más, es una jamás oída, hermosa, con un mensaje tan bello que habiéndolo escuchado una vez se nos quedó grabado en la memoria de ahí en adelante por el resto de nuestras vidas. Ese hombre, o esa mujer se convirtió entonces en nuestra inspiración, ahora buscamos todo lo referente a el o ella. Vemos entrevistas realizadas a el, si escribió un libro lo leemos, tenemos imágenes suyas pegadas en cada rincón de nuestra habitación. Ese ser, de un día para otro, sin conocerlo en verdad se convirtió en nuestro ídolo. Y no erro en decir ídolo, porque lo idealizamos, creemos que este ser es perfecto, que cualquier frase dicha por el o ella por mas disparatada que sea es algo realmente salido de una inmensa meditación en el pensamiento, es decir, llegamos además de creer que este ser es inmensamente hermoso a la situación de querer ser como él, de imitarlo. Y soñamos con algún día conocerlo, al menos desde lejos, en un concierto, en un aeropuerto, en una conferencia, mediante cualquier medio soñamos con algún día gozar de su presencia.
 
Ahora, voy a partir de este ejemplo mundano , para explicar según mi punto de vista su casi idéntico parecido a la fe espiritual.
 
Dios, este es para muchos el máximo ídolo, he querido comparar la posición de fidelidad de los hombres ante este ídolo, uno de los más antiguos en la historia de la humanidad, con la loca fidelidad que muchos llaman fanatismo  ante un simple mortal, ejemplifiquemos a los mas precisos para dar con un ejemplo como este. Podrían ser Michael Jackson, Jhon Lennon, Yoko Onno, Bob Marley, Kurt Cobain, entre otros que mi falta de conocimiento en el ámbito musical me permite reconocer.
 
Dios es como uno de estos ídolos, pero uno más puro, mas fuera de este mundo, más libre, menos pecaminoso. En resumen es aún mucho peor. Por que conduce a muchos hombres a creer en simples ilusiones, y aunque suene raro, su doctrina promete cosas que estos mismos hombres fanáticos, seres inferiores a su Dios inventaron. Pero si estos hombres creen en cosas espirituales que ellos mismos inventaron y no hacen absolutamente nada para que estas promesas se cumplan, más que adorar a un dios que también ellos mismo inventaron ¿Dónde está su esperanza? Su fe, está basada en la nada, su fe es falsa, su fe no es más que el sueño de creer en su propio pensamiento que ha soñado tanto que escapa al raciocinio.
 
Su fe es un más errónea que amar con pasión a un simple mortal convertido ídolo. Si a un fanático de un hombre ídolo se le da a escoger entre seguir viviendo con sus seres queridos, personas que realmente lo conocen, con quienes ha pasado los mejores y peores momentos de su vida. Personas que le dieron la vida, que lo vieron crecer, personas que lloraron por o junto a él, o llegar a conocer a uno de sus hombres ídolos. Ténganlo por seguro, nadie, casi nadie abandonaría a su familia por conocer a este hombre ídolo.  
¿Pero qué fue lo que llevo a estos hombres a crear a un ser tan idealizado, tan perfecto, tan puramente espiritual? ¿Qué los llevo a creer en un ser superior que se apidaria de ello y que poseía una bondad infinita, si ellos, como se sabe, nunca vieron a este Dios, nunca oyeron a este dios (no hay pruebas), no tienen ni siquiera una minima idea de como luce este dios? ¿Qué los hace creer que es infinitamente bueno, creador de todo en el mundo, que es el ser mas hermosos y perfecto, único e insuperable? Es simple, la necesidad generó la creación de un ser de tal magnitud. Curiosamente este ser infinitamente bondadoso ha sido siempre también símbolo de humildad, de misericordia, de compasión, de paz. Y es que de las vivencias de  estos creadores de este Dios, va a nacer justamente un ente tan perfecto.

 
Estos primeros creadores eran personas reasignadas, resentidos del mundo, rechazados de la sociedad, por diferentes motivos. Ya sea discriminación por pertenencia a tribus subordinadas, enfermedad, entre otras, pero sobre todo por miseria y pobreza.
Era tanta la amargura guardada en los corazones de estos hombres, que llegaron a creer que todo lo diferente a ellos en un sentido positivo, como la posesión de riquezas o cuerpos sanos o el cumplimiento de sus deseos que los llevaba el experimentar cierto placer, les despertaba la envidia, los hacía sentir cada vez mas miserables, los hacía odiarlos. Es por eso que no vieron otra manera de concebirlos mas que como seres malvados, buscadores de placeres, egoístas, por que ninguno de ello era capaz de invitarlos a comer la cena con ellos, y en resumen poseedores de todos los males de esta tierra.
Ellos de este modo, se sentían minoría, llegando a creer que la mayoría de hombres en el mundo tenían comportamientos de tal magnitud, y que todo lo que pertenecía a ellos o mejor dicho al mundo en el que estos vivían era malo. Crearon así, como causa del resentimiento ante todo lo mundano y humano, un refugio, un refugio que fuese diferente, un refugio a donde esta “maldad” no pudiese llegar, un refugio en donde “Ricos, orgullosos, amantes de los placeres”, no pudiesen entrar, y un dueño de este refugio, alguien que quisiese a estos pobres ignorados, pero que odiase y aborreciese a estos hombres “mundanos malvados”, y llamaron a este ser un “Dios infinitamente bondadoso”, como si un ser infinitamente bondadoso pudiese conocer el significado de aborrecer o ignorar.
Y lo llamaron padre, creador de todas las cosas, benevolente, omnipresente. Y es que cada vez que uno de estos hombres se sentía en soledad, hambriento, sediente, friolento o carente de cualquier otra cosa, a falta de confianza y apoyo de cualquier hombre terrestre, se refugiaba en este ser bondadoso, que al no haberle podido dar felicidad en este mundo, lo esperaría con una gran recompensa en el más allá, en donde todo su sufrimiento en la tierra sería convertido en infinita paz.

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