("En búsqueda de la felicidad quimérica")
Hay que aprender a no sufrir. El sufrimiento no tiene recompensa alguna.
Uno debe hacerse fuerte con el pasar de los días.. Salir del fracaso, crecer
como individuo. No todos somos iguales, la verdad esta dicha. Simplemente nace
el tratar mejor a unos que otros. La decisión está en el individuo. El que
espera una recompensa , sueña con un mundo iluso, un supuesto metafísico, y lo
crea porque sabe que no tiene el valor suficiente para enfrentar el mundo real.
Aquí en la tierra, nada caerá del cielo. ¿Por qué esperanzarse en un hecho
iluso, si no se tiene el afán de hacer algo para obtenerlo? Con las quejas no
aparece el pan en el horno. Levántate y date cuenta del motivo de tus dolores,
enfrentalos y no permitas que nada nunca mas vuelva a revivirlos dentro de ti.
Eres el motor de tu propia existencia.
Solo tomando las riendas de nuestra propia vida lograremos convertirnos en
seres completos. El día es un solo. El siguiente es otro día, el hoy es hoy, y
el mañana será un hoy que en realidad nunca será un mañana. Cada día es un hoy,
cada tiempo es un presente, hay que aprovecharlo de la mejor manera posible,
porque jamás un instante será de nuevo.
¿Entonces que se plantea hacer para vivir el ahora? Para vivir el ahora se
debe en primer lugar, traer la mente a tierra. Percatarse de cada cosa que nos
rodea, observar, analizar, usar nuestro cerebro. Mantenerlo despierto lo mas
que se pueda. Porque el cerebro es un órgano débil, que espera a la mas pequeñas de las distracciones para
perderse en un soñar despierto, que lo deja a uno meditabundo, y nadie dice que
este estado sea malo, pero el mucho pensar nos impide actuar. Es mas difícil
llegar a hacer una cosa pensándola y repensándola, que pensarla una vez y hacerla,
sin arrepentimientos, pensarla, saber que es buena y listo. Y no me
malinterpreten, no digo aquí que el hombre deba actuar cual animal guiado por
sus pasiones no pensadas, ocurre que ha llegado la etapa en que el hombre es
tan inteligente, que ni bien habiéndose presentado una situación, el sabra si
esta le conviene o no. Ojo, tampoco pierdas el hilo que une a las acciones con
el raciocinio, sin este no seremos mas que locos incapaces de discernir entre
una decisión y un impulso. Es entonces esto lo que digo para resumir este
primer paso, pensar primro, pero siempre, siempre actuar.
La segunda cosa necesaria creo yo para tratar de llegar a ser seres
satisfechos con nosotros mismos es Querernos a nosotros más que a nada en este
mundo. El supuesto “Amar a Dios sobre todas las cosas” es según mi pensamiento
el refrán mas egoísta existente desde el inicio de un planteamiento de moral
humana. ¿Cómo se puede amar mas que a nada, a un concepto ajeno a nuestra
realidad que solo existe en nuestra mente?
Déjenme plantearlo de este modo. Imaginemos que somos adolescentes, con el
pensamiento confuso, revuelto, sumergido en un sinfín de sentimientos que ni
siquiera nosotros sabemos reconocer. Un día, se nos ocurre encender la tele,
vemos un amplio mar, arena blanca, y en general un paisaje paradisiaco. En el
centro de tanta exótica belleza vemos a un hombre, o a una mujer, el mas o
hermoso o hermoso que ante nuestros ojos se halla presentado y este ser canta,
pero su melodía no es una más, es una jamás oída, hermosa, con un mensaje tan
bello que habiéndolo escuchado una vez se nos quedó grabado en la memoria de ahí en adelante por el resto de nuestras vidas. Ese hombre,
o esa mujer se convirtió entonces en nuestra inspiración, ahora buscamos todo
lo referente a el o ella. Vemos entrevistas realizadas a el, si escribió un
libro lo leemos, tenemos imágenes suyas pegadas en cada rincón de nuestra
habitación. Ese ser, de un día para otro, sin conocerlo en verdad se convirtió
en nuestro ídolo. Y no erro en decir ídolo, porque lo idealizamos,
creemos que este ser es perfecto, que cualquier frase dicha por el o ella por
mas disparatada que sea es algo realmente salido de una inmensa meditación en
el pensamiento, es decir, llegamos además de creer que este ser es inmensamente
hermoso a la situación de querer ser como él, de imitarlo. Y soñamos con algún
día conocerlo, al menos desde lejos, en un concierto, en un aeropuerto, en una conferencia,
mediante cualquier medio soñamos con algún día gozar de su presencia.
Ahora, voy a partir de este ejemplo mundano , para explicar según mi punto
de vista su casi idéntico parecido a la fe espiritual.
Dios, este es para muchos el máximo ídolo, he querido comparar la posición
de fidelidad de los hombres ante este ídolo, uno de los más antiguos en la
historia de la humanidad, con la loca fidelidad que muchos llaman fanatismo ante un simple mortal, ejemplifiquemos a los
mas precisos para dar con un ejemplo como este. Podrían ser Michael Jackson,
Jhon Lennon, Yoko Onno, Bob Marley, Kurt Cobain, entre otros que mi falta de
conocimiento en el ámbito musical me permite reconocer.
Dios es como uno de estos ídolos, pero uno más puro, mas fuera de este mundo,
más libre, menos pecaminoso. En resumen es aún mucho peor. Por que conduce a
muchos hombres a creer en simples ilusiones, y aunque suene raro, su doctrina
promete cosas que estos mismos hombres fanáticos, seres inferiores a su Dios
inventaron. Pero si estos hombres creen en cosas espirituales que ellos mismos
inventaron y no hacen absolutamente nada para que estas promesas se cumplan,
más que adorar a un dios que también ellos mismo inventaron ¿Dónde está su
esperanza? Su fe, está basada en la nada, su fe es falsa, su fe no es más que
el sueño de creer en su propio pensamiento que ha soñado tanto que escapa al
raciocinio.
Su fe es un más errónea que amar con pasión a un simple mortal convertido
ídolo. Si a un fanático de un hombre ídolo se le da a escoger entre seguir
viviendo con sus seres queridos, personas que realmente lo conocen, con quienes
ha pasado los mejores y peores momentos de su vida. Personas que le dieron la
vida, que lo vieron crecer, personas que lloraron por o junto a él, o llegar a
conocer a uno de sus hombres ídolos. Ténganlo por seguro, nadie, casi nadie
abandonaría a su familia por conocer a este hombre ídolo.
¿Pero qué fue lo que llevo a estos hombres a crear a un ser tan idealizado,
tan perfecto, tan puramente espiritual? ¿Qué los llevo a creer en un ser
superior que se apidaria de ello y que poseía una bondad infinita, si ellos,
como se sabe, nunca vieron a este Dios, nunca oyeron a este dios (no hay
pruebas), no tienen ni siquiera una minima idea de como luce este dios? ¿Qué los
hace creer que es infinitamente bueno, creador de todo en el mundo, que es el
ser mas hermosos y perfecto, único e insuperable? Es simple, la necesidad
generó la creación de un ser de tal magnitud. Curiosamente este ser
infinitamente bondadoso ha sido siempre también símbolo de humildad, de
misericordia, de compasión, de paz. Y es que de las vivencias de estos creadores de este Dios, va a nacer
justamente un ente tan perfecto.
Estos primeros creadores eran personas reasignadas, resentidos del mundo,
rechazados de la sociedad, por diferentes motivos. Ya sea discriminación por
pertenencia a tribus subordinadas, enfermedad, entre otras, pero sobre todo por miseria y
pobreza.
Era tanta la amargura guardada en los corazones de estos hombres, que llegaron
a creer que todo lo diferente a ellos en un sentido positivo, como la posesión
de riquezas o cuerpos sanos o el cumplimiento de sus deseos que los llevaba el
experimentar cierto placer, les despertaba la envidia, los hacía sentir cada
vez mas miserables, los hacía odiarlos. Es por eso que no vieron otra manera de
concebirlos mas que como seres malvados, buscadores de placeres, egoístas, por
que ninguno de ello era capaz de invitarlos a comer la cena con ellos, y en
resumen poseedores de todos los males de esta tierra.
Ellos de este modo, se sentían minoría, llegando a creer que la mayoría de
hombres en el mundo tenían comportamientos de tal magnitud, y que todo lo que
pertenecía a ellos o mejor dicho al mundo en el que estos vivían era malo.
Crearon así, como causa del resentimiento ante todo lo mundano y humano, un
refugio, un refugio que fuese diferente, un refugio a donde esta “maldad”
no pudiese llegar, un refugio en donde “Ricos, orgullosos, amantes de los
placeres”, no pudiesen entrar, y un dueño de este refugio, alguien que quisiese a
estos pobres ignorados, pero que odiase y aborreciese a estos hombres “mundanos
malvados”, y llamaron a este ser un “Dios infinitamente bondadoso”, como si un
ser infinitamente bondadoso pudiese conocer el significado de aborrecer o
ignorar.
Y lo llamaron padre, creador de todas las cosas, benevolente, omnipresente.
Y es que cada vez que uno de estos hombres se sentía en soledad, hambriento,
sediente, friolento o carente de cualquier otra cosa, a falta de confianza y
apoyo de cualquier hombre terrestre, se refugiaba en este ser bondadoso, que al
no haberle podido dar felicidad en este mundo, lo esperaría con una gran
recompensa en el más allá, en donde todo su sufrimiento en la tierra sería
convertido en infinita paz.

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